Los españoles son los europeos que menos reticencias muestran a la hora de trabajar para una mujer. De hecho, un 44% de los trabajadores de nuestro país declara que prefieren que su jefe sea una mujer. Para Randstat, este dato podría convertir a nuestro país en el más apropiado para que las mujeres alcancen puestos directivos.
Tras los españoles, se sitúan italianos (37%), franceses (33%) y suecos (30%), mientras que a la cola de esta buena percepción sobre las dotes de las mujeres para ser jefas se encuentran los profesionales húngaros (21%) y holandeses, suizos y luxemburgueses (22% en los tres casos).
Según Randstad, los trabajadores declaran que prefieren jefes cercanos, con los que puedan expresar su opinión y con los que fluya la comunicación en ambos sentidos. Para muchos de ellos, son las mujeres las que desarrollan en mayor medida las capacidades de comunicación y de gestión de equipos.
El estudio revela que uno de cada tres españoles tiene por jefe actual a una mujer, una de las cifras más altas del continente y dos puntos porcentuales por encima de la media. Según la Federación Española de Mujeres Directivas, Ejecutivas, Profesionales y Empresarias (Fedepe), el número de mujeres que opta a un puesto de trabajo como directiva y es finalmente contratada para el mismo aumentó entre 2005 y 2010 un 3% hasta llegar al 26,9% del total de trabajadores con este rango.
