Aflora, consultora especializada en ofrecer servicios de Coaching, desarrollo y transición profesional, ha revelado cuáles son las cinco claves que descubren al empleado desmotivado. Por regla general son fáciles de distinguir, ya que son aquellos que no se han sentido valorados, ni reconocidos lo suficiente, continúan con su labor, obviamente, pero ya no es lo mismo.
He aquí algunos de los síntomas que tiene un empleado desmotivado y que nos ayudará a reconocerlos:
Dice a todo que sí, no plantea dudas.
Acata las órdenes sin proponer nuevas vías de realizar las tareas, sin destacar nuevos modos que harían que el trabajo se hiciera de forma más eficiente. No se implica, por tanto. Trabaja, si, pero sin la implicación directa que hacía de él antes un trabajador “excelente”.
No se motiva ante los nuevos proyectos, los lleva a cabo sin más
En el empleado desmotivado se realiza un cambio en el lenguaje. Hace algo porque “tiene” que hacerlo, no porque “quiera” hacerlo.
Su productividad baja levemente, casi sin notarse
Se mueven pero no avanzan. Parecen haber olvidado que, tiempo atrás, eran el motor de la empresa. Sienten que su comportamiento es coherente con sus pensamientos, pero siguen actuando de la misma manera.
Crean un ambiente negativo a su alrededor
Critican, plantean problemas, pero nunca soluciones. Este trabajador sólo generará inconvenientes, pero no tendrá la suficiente iniciativa para plantear remedios que provoquen la resolución de la situación.
De cuerpo presente, pero ausente emocionalmente
El absentismo no es un problema con este tipo de empleados. Nunca faltan. Sin embargo, si que “falta” su compromiso con la empresa. Están, pero sin estar emocionalmente.
