Los siete pecados capitales son una clasificación de los vicios mencionados en las primeras enseñanzas del cristianismo para educar a sus seguidores acerca de la moral cristiana. Además de en la vida, estos tics que solemos tener, también están muy presentes en los negocios. Evitarlos a tiempo es la clave para no fracasar.
Lujuria y Gula
Ningún empresario debería caer a los pies de la lujuria, puede acabar pasándole factura. Lo cierto, es que, aunque el cine muestre lo contrario, los grandes empresarios suelen tener una vida muy ordenada, de hecho, se hicieron grandes empresarios porque no se dejaban llevar por este tipo de instintos.
La Gula, en el sentido bíblico, sería el placer por la comida y bebida. En las finanzas y negocios, estaría asociada al consumo desproporcionado por el placer de cualquier servicio, producto o materia que ponga en riesgo nuestras finanzas o las cuentas de la empresa.
Avaricia
No confundir ambición con avaricia. La avaricia acaba por destruir a una persona y a la empresa. En los negocios se suele cometer este pecado cuando queremos obtener el beneficio que nos corresponde y el que no nos corresponde también. La avaricia nos hace intentar sacar el máximo beneficio posible engordando el margen de ganancia al máximo y pagando lo menos posible a los trabajadores, lo que hace que finalmente tengamos unos clientes que buscan otro proveedor y unos trabajadores que no están contentos con su situación en la empresa y se marchen, dejándonos sin buenos profesionales y todo lo que ello conlleva después.
Ira
En los momentos de ira mejor mantener la boca cerrada y esperar. En los negocios, igual que en algunos momentos de la vida, la prudencia y la espera pueden ser las mejores armas para triunfar. La mente ante todo fría, pensando todos los pros y los contras de las situaciones, solo así podrás manejar tus negocios de manera inteligente sin tropezar.
Soberbia
Creerte el centro del Universo y pensar que eres el que más sabe puede conducir tu negocio al fracaso también. Siempre es bueno tener presente otros puntos de vista, tanto de expertos como de otros trabajadores y dejarse asesorar. La soberbia es aún peor cuando la empleamos en temas de finanzas. Muchos empresarios creen que por leer diarios económicos o tener algunos conocimientos pueden manejar al cien por cien las ganancias sin asesoramiento de ningún tipo, nunca está de más en estos casos ser humilde.
Pereza
No hay nada peor que la pereza, es uno de los siete pecados más extendidos y el que jamás nos podemos permitir en nuestro negocio. Las oportunidades están en todos lados, pero hay que trabajar muy duro para llegar a ellas y poder hacerlas nuestras. Eficacia y dinamismo son dos armas que siempre debes de tener muy presentes a la hora de llevar tu negocio.
Envidia
Es cierto que las personas envidiosas nunca llegan a ser felices y esa infelicidad les impide ver todo lo que está a su alrededor, perdiéndose grandes oportunidades. No te fijes en tus competidores teniéndoles envidia, eso te hará que no veas las grandes cosas que puedes hacer en tu empresa. Si te fijas en tus competidores que sea para sacar lo mejor de ellos y ponerlo en práctica también en tus negocios.