Artax Biopharma, una startup española de biotecnología con dos años de vida, acaba de cerrar una ronda de financiación valorada en 10 millones de dólares. La inyección de capital ha sido liderada por el CEO de Genzyme, Henri Termeer, el fondo europeo Advent Life Sciences y otros inversores individuales. Cuando Artax fue fundada en 2013 la firma cerró una ronda de 4 millones de dólares.
Artax estudia fármacos que bloquean una proteína llamada NCK. Uno de los múltiples efectos del NCK es amplificar las señales emitidas por el tejido sano a los soldados del sistema inmunitario, denominados «células T», y a su vez estas pueden volverse en contra de los tejidos. El objetivo de la startup es bloquear la proteína NCK para impedir que los linfocitos ataquen a los tejidos sanos, pero para que no interrumpan las funciones normales de cuidado y limpieza del sistema autoinmunitario.
Así, la compañía está intentando concentrar sus esfuerzos en enfermedades en las que el sistema inmunológico del paciente ataca a su propio cuerpo, como la esclerosis múltiple, el lupus, la artritis, la psoriaris u otros.
La startup, fundada por Damia Tormo, cuenta con una plantilla de tan solo cuatro empleados y oficinas en Cambridge y Valencia. En la ciudad valenciana tienen un pequeño laboratorio de investigación dirigido por Balbino Alarcón, descubridor del NCK y director del programa en el CSIC (Centro Superior de Investigaciones Científicas).
