En España hay unas 3.000 startups, pero menos de 1% están preparadas para afrontar un exit, según cálculos de la asesoría especializada Ad&Law. «Lograr un exit es el objetivo final de bastantes startups españolas, pero si tenemos en cuenta que solo el 20% recibe financiación, probablemente solo 1 de cada 100 sea capaz de llevar a cabo un exit total o parcial», asegura Oliver von Schiller, director de la compañía.
Tradicionalmente, un exit hace referencia a la salida a bolsa de una compañía. Una decisión estratégica con la que las startups pueden lograr importantes beneficios económicos vendiendo acciones. Sin embargo, para cotizar en la bolsa española se exigen muchos requisitos económicos como, por ejemplo, que la compañía tenga un capital mínimo de 1.202.025 euros, sin tener en cuenta la parte de capital correspondiente a accionistas, o que cuente con la obtención de unos beneficios mínimos en los dos últimos ejercicios o en tres no consecutivos en un periodo inferior a cinco años.
Cotizar en bolsa no sale barato. A Telepizza, por ejemplo, una empresa mediana, le ha costado 32 millones de euros. «Unos números que es difícil que pueda hacer frente una startup, ya que suelen financiarse con rondas relativamente pequeñas cuyo destino es mejorar el producto o realizar alguna expansión internacional», apuntan desde Ad&Law.
La firma recuerda que existe una alternativa como el Mercado Alternativo Bursátil (MAB), una opción más económica, en el que el coste de salir a bolsa es de entre 300.000 y 500.000 euros. No obstante, y pese a funcionar desde 2006, es una alternativa que no acaba de despegar, y que ha sufrido algunos fracasos sonoros como Gowex, Bodaclick o Zinkia.
Además de los elevados costes, un exit tiene otros inconvenientes, como que suele obligarse al emprendedor a seguir vinculado al proyecto y a no vender un determinado porcentaje de sus acciones durante un tiempo determinado para dar más seguridad a la iniciativa, lo que resta libertad de movimiento a las empresas. A parte está el hecho de que operar en algún mercado implica responder ante organismos públicos, lo que significa que la información de la empresas y sus resultados serán transparentes y públicos.
