La presentación de los nuevos Surface Book 3 y Surface Go 2 generó un cierto revuelo, ya que Microsoft decidió no incluir una tapa en la webcam (cámara frontal), una decisión que ha sido ampliamente cuestionada, sobre todo por la creciente popularidad que han adquirido las amenazas de seguridad que son capaces de vulnerar el software que controla dicho componente.
Para entender mejor este problema basta con poner un ejemplo. Imagina que sufres una infección por malware que tiene por objetivo controlar la webcam de tu portátil. Contar con una tapa dedicada reduce enormemente el impacto de este tipo de amenazas, ya que al tapar la cámara aunque esta esté encendida no podrá grabar nada.
Sin duda tapa esa protección no está presente, y no nos daríamos cuenta de cuánto está grabando la cámara, ya que los malware de este tipo están diseñados para utilizar la webcam de forma disimulada, sin que el usuario se dé cuenta.
Contar con una tapa para la webcam en un portátil es algo muy básico, pero como vemos representa un gran valor, y por ello resultaba complicado entender que Microsoft haya decidido prescindir de ella en sus nuevos Surface. La compañía de Redmond ha querido salir al paso y ha explicado por qué decidió no incluir una tapa.
Según la compañía el motivo es que sus equipos ya cuentan con un sistema que alerta de forma eficaz al usuario cuando la cámara frontal está siendo utilizada, una luz que está controlada por hardware y que no puede ser manipulada a vía software. Cuando se utiliza la cámara se enciende dicha luz, de manera que sabemos en todo momento si esta está activa o no, y podemos actuar en consecuencia.
Lo más interesante de la explicación que ha dado Microsoft es el tema de que la luz se controla por hardware y no por software. Este detalle es clave para entender la capa de seguridad añadida que representa esa luz, y lo fiable que resulta, ya que en teoría no puede ser hackeada ni intervenida vía software.