Elegir un ordenador puede ser complicado, incluso aunque decidamos comprar un modelo premontado, o adquirir directamente un portátil por cuestiones de movilidad. Al elegir un ordenador que ya viene con una configuración fija nos «liberamos» de posibles errores que podamos cometer a la hora de elegir componentes, y de la tarea que supone el proceso de montaje.
Sin embargo, todo lo anterior no nos libera de tener que tomar una decisión, de elegir una configuración, aunque esta venga ya montada de fábrica. La configuración que escojamos debe ajustarse adecuadamente a nuestras necesidades. En este sentido, es importante que no nos quedemos cortos, pero también debemos tener cuidado de no excedernos demasiado con la configuración, ya que si compramos un equipo muy potente, y muy caro, pero no llegamos a aprovecharlo de verdad, no lo estaremos rentabilizando.
Es un tema muy interesante, ¿pero qué priorizan las empresas a la hora de elegir un ordenador? ASUS ha compartido con nosotros una interesante encuesta que nos permite dar respuesta a esa pregunta, y las gráficas son, como podéis ver, muy claras. Para las empresas, los tres «motivadores» principales a la hora de tomar una decisión son la velocidad (74%), el rendimiento (69%) y la conectividad (62%). Ocupan también posiciones elevadas la memoria RAM, algo comprensible ya que es clave tanto para el rendimiento del equipo como para determinar su vida útil, y el soporte post-venta.
¿Qué debes tener en cuenta a la hora de elegir un ordenador?
Tu punto de partida deben ser tus necesidades (o las de tus trabajadores), pero no a corto plazo, sino a medio y largo plazo, porque comprar un nuevo ordenador representa una inversión importante que querrás amortizar durante el mayor tiempo posible.
Una vez que tengas claras tus necesidades, debes tener claro qué configuración, o qué configuraciones de hardware pueden cubrirlas, buscar equipos, comparar precios y elegir el que mejor valor precio-rendimiento ofrezca. Es importante destacar, en este sentido, que algunos fabricantes ofrecen un importante valor añadido a través de servicios, soporte y otros elementos exclusivos, así que tenlo en cuenta antes de lanzarte.
A modo de referencia, y para que os sirva de base, os recuerdo que un ordenador para ofimática básica que aspire a ofrecer un buen rendimiento y una larga vida útil debe contar, como mínimo, con un procesador Core i3 o un Ryzen 3, 8 GB de RAM y un SSD de 128 GB.
