La vuelta de vacaciones supone recargar las pilas, y para muchos freelancers tomarse un tiempo para plantearse cómo quieren orientar lo que resta de año: ¿qué pueden mejorar? ¿cuáles son las áreas en las que no han obtenido el resultado que esperaban? ¿qué están haciendo realmente bien?
En este artículo os mostramos cómo en una semana, podemos reorientar nuestro año y comenzar la vuelta del verano con nueva energía, vitalidad y con un poco de suerte, nuevos clientes llamando a nuestra puerta.
Lunes: Mira tu web a través de los ojos de tus clientes
Como la inmensa mayoría de freelancers, lo más seguro es que cuentes con tu propia web profesional en la que promocionas tus servicios (si no es así, deberías empezar ahora mismo). Aunque lo ideal es disponer de presencia también en las principales redes sociales, como mínimo deberías contar con un portfolio en el que muestras tu trabajo y un blog personal en el que hablas de tus proyectos.
A medida que nos comprometemos con nuevos proyectos, es frecuente que poco a poco dejemos «olvidada» nuestra presencia en la Red. Tenemos tanto que hacer, que parece que ésta sea la parte menos importante de nuestro negocio.
Haremos mal si seguimos en esta línea. Lo ideal es que periódicamente revisemos nuestra presencia en la Red. Hagámoslo a través de los ojos de nuestros clientes. Para ello, preguntémosle a nuestros conocidos o a otros freelancers de confianza qué es lo que piensan de nuestra web. ¿Ofrece una imagen profesional? ¿El diseño está cuidado? ¿Se puede mejorar?
Martes: Contacta con antiguos clientes
Volver a trabajar con antiguos clientes suele ser la manera habitual con la que muchos freelancers se aseguran nuevos proyectos. Sorprende sin embargo que muchos se muestren reticentes a a la hora de desempeñar esta función de relaciones públicas, pensando que de alguna manera pueden incomodar a alguien con el que hace tempo que no tienen ninguna relación.
Generalmente, y a menos que seamos demasiado insistentes, la mayoría de nuestros antiguos clientes recibirán con agrado nuestra llamada. Una llamada que debemos aprovechar no sólo para recordar que «seguimos vivos» sino para interesarnos por ellos, cómo les va su empresa, en qué proyectos están trabajando, etc. Si una llamada personal os parece muy agresiva, podemos optar por mandar un correo electrónico. Eso sí, no vale con mandar el mismo correo a todos los clientes, sino que hay que esforzarse en personalizar nuestro mensaje para cada uno de ellos.
Miércoles: Invierte en formación
¿Qué es lo que necesitas para mejorar tus habilidades como freelance? ¿Un curso? ¿Leer un buen libro especializado sobre la materia en la que trabajas? Una buen parte del trabajo de un buen freelance consiste en estar siempre a la última.
Si somos por ejemplo diseñadores web, no podemos permitirnos el lujo de desconocer lo que se está haciendo en nuevos lenguajes de programación como HTML 5; si nos dedicamos a la fotografía profesional nos interesará conocer cuáles son los recursos on-line que facilitan nuestro trabajo; si trabajamos en el mundo de la comunicación deberemos aprender por ejemplo, cuáles son las mejores prácticas de comunicación en Twitter. Sea como fuere, no podemos quedarnos anclados en la formación que recibimos hace años.
Jueves: Pide que te recomienden
Estamos seguros de que existe una oportunidad de que en el momento en el que estás leyendo estas líneas, te encuentres a la vez enfrascado en un nuevo proyecto de trabajo o acabes de terminar uno. Si estás contento con el trabajo que has realizado, y crees que tu cliente ha quedado (o va a quedar) satisfecho con el resultado final, ¿Por qué no le pides que escriba una breves líneas sobre la impresión que le ha causado tu trabajo?
Un recomendación es una poderosa herramienta de marketing que podemos incluir en nuestra web profesional, mejorando nuestra imagen de marca ante potenciales y futuros clientes. Evidentemente, no todas las recomendaciones tienen el mismo peso y no es lo mismo si el que te recomienda es tu cuñado (con todos los respetos por tu cuñado) que si lo hace una empresa medianamente conocida.
Viernes: Escribe algunas respuestas estándar
Como sin duda la mayoría de nuestros lectores más veteranos ya sabrán, uno de los temas que tratamos con cierta frecuencia es la gestión de nuestro correo electrónico. Gestionar nuestra bandeja de entrada puede robarnos mucho tiempo, especialmente si tenemos que escribir los mismos e-mails una y otra vez. En vez de eso, ¿Por qué no nos preocupamos por escribir unos cuantos «e-mail tipo» para enviarlos siempre que los necesitemos?
Información sobre nuestros servicios y tarifas, respuestas a preguntas que hemos detectado que se repiten o un e-mail con razones por las que no podemos aceptar un determinado encargo, son algunos de los documentos que deberíamos tener a mano. Por supuesto más tarde deberemos personalizarlos para cada caso, pero aún así nos ahorraremos un gran número de horas.
Sábado: Pon al día tus finanzas
¿Estás al día con tus finanzas? ¿Tienes todos los documentos necesarios para la próxima declaración de IVA? ¿Has pagado todas tus facturas? ¿Crees que deberías optar por otro proveedor de servicios? ¿Dispones de un programa adecuado para gestionar tus finanzas personales? Lidiar con todos estos asuntos es tedioso y aburrido, pero son tareas que hay que llevar a cabo antes o después y cuanto más tiempo dejemos que transcurra, peor será.
Domingo: actualiza tu presencia en las redes sociales
Si todavía no tienes presencia en las redes sociales, deberías comenzar a tenerla más pronto que tarde. Si ya tienes un perfil en Facebook, Twitter y LinkedIn, deberías revisar hace cuánto que no lo actualizas, que estás compartiendo con los demás, si existe una estrategia de negocio en ellos y en definitiva, analizar qué puedes hacer para mejorar tu visibilidad en estas redes.
