Barack Obama no sólo es el presidente de los Estados Unidos, sino que es un gran comunicador, capaz de persuadir a una entera nación de que merecía la pena apostar por el primer presidente negro de la historia.
Aunque en los últimos meses los problemas internos han hecho descender su popularidad, en Business Week han querido analizar cómo se estructura un discurso «a lo Obama» y cómo empresarios de todo el mundo pueden utilizar sus mismas técnicas para persuadir a clientes, audiencias, auditorios enteros.
Como Churchill en su momento, Martin Luther King, Kennedy o incluso Felipe González, Obama ha sabido levantar el ánimo de miles de personas empleando una retórica que se basa en un concepto muy sencillo: esperanza. Esperanza en el cambio, en el futuro, en un mundo mejor… la palabra esperanza ha salpicado cada uno de sus discursos, incluso en los peores momentos de su campaña y durante su mandato presidencial.
Aplicado al mundo de los negocios, supone convertirnos en el líder que los demás están dispuestos a seguir, incluso cuando nuestros clientes o empleados se encuentran en la peor de las situaciones. Esperanza por escuchar algo positivo de nuestros labios, capaces de ver un futuro próximo que los demás apenas son capaces de vislumbrar.
En este sentido, Obama como tantos otro, trufan cada uno de sus discusos con recursos retóricos clásicos que se llevan utilizando desde la Grecia clásica. Te mostramos los más empleados por el presidente de Estados Unidos.
Anáfora y epístrofe
La anáfora o «anaphora» en griego, es uno de los recursos retóricos más antiguos de la historia del hombre, y ha sido empleado por grandes oradores en todas las épocas históricas. Uno de los dicursos más conocidos en el empleo de este recurso es el famoso «I have a dream» de Martin Luther King.
En la práctica supone repetir cada cierto tiempo la misma frase, introduciendo una idea nueva que reafirma el objetivo final del discurso. Aunque la anáfora es un recurso muy empleado por Obama, si hay uno por el que realmente ha sido conocido es por el empleo de la epístrofe, figura retórica prima hermana de la anáfora y que consiste en colocar una palabra o frase después de cada párrafo. El famoso «Yes we can» es un ejemplo claro de epístrofe.
Aliteración
Si nos remitimos a la definición del diccionario de la Real Academia, obtenemos que aliteración es la «figura que, mediante la repetición de fonemas, sobre todo consonánticos, contribuye a la estructura o expresividad del verso».
La aliteración pues consiste en jugar con las palabras de modo que se crea una «melodía» que de alguna forma penetra con facilidad en el subconsciente colectivo.
Dado que cada idioma tiene sus propias particularidades es difícil traducir algunas frases pronunciadas por Obama que empleen esta estructura retórica y sigan produciendo el mismo efecto en castellano, por lo que incluimos algunas en su original inglés:
- «Do we participate in a politics of cynicism or do we participate in a politics of hope?»
- «A place where destiny was not a destination, but a journey to be shared and shaped…»
- «The history of America is one of tragedy turned into triumph.»
El poder de crear imagen
Hace mucho tiempo que los grandes dominadores del discurso han entendido cómo al crear imágenes que apelan a emociones básicas el efecto que conseguimos maximiza el poder del mensaje. En este sentido, Obama es conocido por saber dibujar imágenes poderosas basándose únicamente en sus palabras. Veamos el siguiente discurso en el que también se mezclan algunos de los recursos mecionados anteriormente.
«Es la clase de esperanza que sienten los esclavos que sentados entorno al fuego cantan a la libertad, la esperanza de los inmigrantes que nos miran desde orillas distantes, la esperanza del hijo de un agricultor que se atreve a desafiar a un destino incierto, la esperanza de un niño hambriento, con un nombre extraño, pero que piensa que América también tiene un sitio para él».
Lenguaje corporal
Ya hemos hablado en otros artículos de la vital importancia que tiene el lenguaje corporal a la hora de reforzar nuestro discurso.
Cuando en BusinessWeek analizan el lenguaje corporal de Obama, aseguran que mira siempre a los ojos de su interlocutor, no mueve o agita la cabeza de forma exagerada cuando es atacado por un oponente político, mientras está sentado mantiene siempre la espalda erguida y cuando se dirige a su interlocutor se inclina ligeramente hacia delante.
Elementos vocales
Por muy bueno que sea el discurso que hemos preparado, si lo pronunciamos en un tono monótono, sin pausas o con un volumen inadecuado, perderemos buena parte del efecto que pretendemos conseguir. A la hora de pronunciar un discurso debemos tener en cuenta los siguientes elementos:
Ritmo
Obama suele variar el ritmo de su discurso frecuentemente, de modo que no resulte repetitivo ni monótono. Muy pocas frases se pronuncian al mismo ritmo, sino que apuesta por un ir y venir de frases largas y pausadas por otras cortas y rápidas, mezclando energía con persuasión.
Tono
Igual que el ritmo, es importante cambiar de vez en cuando el volumen, el tono de nuestro discurso. Cuando exclamemos debemos exclamar de verdad, casi de forma teatral y cuando nos pongamos una interrogación todo el mundo debe captar que se está lanzando al aire una verdadera pregunta.
Pausas
Nada otorga un efecto más dramático que una pausa bien plantada en medio de un discurso. Saber pausar en los momentos cumbre es una de las habilidades que más se le reconocen al presidente de los Estados Unidos.