«Estás despedido». Aunque muchos trabajadores puedan pensar que los empresarios disfrutan cuando tienen que despedir a uno de sus trabajadores, en realidad suele ser un proceso casi tan traumático para el despedido como para el que despide, especialmente cuando el despido se debe exclusivamente a la mala marcha de la empresa y no a la falta de competencias del trabajador. En este artículo os mostramos algunos consejos sobre cómo debemos encarar un futuro (esperando que nunca llegue el momento) despido.
1. Decide cuándo y dónde
Despedir a un trabajador no es un proceso que podamos tomarnos a la ligera, ni una reunión que debemos mantener «cuando tengamos un hueco». Más bien al contrario, es un proceso traumático para el que nos debemos preparar, decidiendo no sólo cuando comunicaremos nuestra decisión (los expertos suelen apuntar al viernes como mejor día) sino también dónde, siendo la mejor opción escoger un despacho tranquilo, en el que nadie pueda interrumpir la conversación.
2. La preparación mental necesaria
Relacionado con el punto anterior, es importante prepararnos mentalmente antes de mantener esa reunión que tendrá como consecuencia el despido de tu empleado. Acepta que poner fin a esta relación laboral es lo mejor para tu empresa, y en ocasiones puede que también sea lo mejor para tu empleado. Aunque no quieras hacerlo, intenta no sentirte sobrepasado por el sentimiento de culpa.
3. Sin rodeos
Muchos de los que se ven obligados a «ejecutar» un despido caen en la tentación de buscar las palabras adecuadas para «suavizar el golpe». Aunque ni mucho menos recomendamos ser bruscos (más bien todo lo contrario), tenemos que tener claro que el mensaje con el que se va a quedar el trabajador es que ha sido despedido. En este sentido, los expertos recomiendan ser amables, pero también firmes, hablando en los términos claros y sin ambigüedades.
4. Una conversación corta
Es importante saber cuándo la conversación debe llegar a su fin y no prolongarla más de lo estrictamente necesario. Después de transmitir la noticia, permite que tu empleado tenga unos momentos para reflexionar y responder, pero no permitas que la conversación se instale en un terreno demasiado emocional.
5. Con corazón
Al despedir a un empleado, no existe ninguna razón para ser cruel o para hacerle sentir peor de lo que ya se siente por haber perdido el trabajo. El ser directo y conciso no está reñido con el hecho de ser empático, teniendo en cuenta que la forma en el que transmitimos la noticia puede indirectamente afectar a la reputación de nuestra empresa.
6. Focaliza la conversación sobre el empleado
Intenta enfatizar en frases como «lo difícil que ha sido esta decisión para mí» o «realmente no quería hacerlo pero no he podido evitarlo». Nos hacemos un flaco favor a nosotros mismos y a la persona que ha sido despedida, que tendrá ahora más razones que nunca para cuestionar tu decisión.
7. Termina la conversación con una palabra amable
Una buena forma de terminar este tipo de conversación es agradecer al empleado el tiempo y la dedicación con la que ha trabajado para nuestra empresa. Ésta será la última impresión que tendrá nuestro ex-empleado de nosotros que finalmente quizás pueda comprender que también nosotros somos humanos, y no solamente una «entidad abstracta» que quiere dejarle sin trabajo.
8. Una última reunión
Después de hablar con nuestro empleado deberemos concertar una última reunión con el responsable de Recursos Humanos para la formalización de todos los detalles del despido (finiquito, beneficios sociales, etc.) y en ocasiones, podemos aprovechar esta reunión para introducir a la persona despedida en un plan de re-orientación de carrera.
9. Despedido con dignidad
Ahora que nuestro empleado no va a seguir trabajando para nosotros, debería al menos poder despedirse con cierta dignidad. Permite que sea él, el que determine cómo quiere irse (en el momento, al día siguiente, etc.) Permítele que pueda volver otro día a recoger sus cosas por ejemplo, y en determinados puestos, ofrécele la posibilidad de dimitir a cambio de un acuerdo beneficioso para ambas partes.
10. Informa al resto del equipo
Cuando despedimos a un trabajador, lo último que nos conviene es que los rumores invadan la oficina. Una vez que se haya ido, reúnete con tu equipo o con el resto de la empresa, explica claramente lo que ha pasado, y cuál es el plan de trabajo a partir de ahora.