Invertir en formación va a resultar especialmente atractivo para las pequeñas empresas castellano manchegas. Así se desprende de una nueva orden de la Consejería de Empleo y Economía de la región manchega, que afirma que las empresas que desarrollen acciones formativas, tanto para sus trabajadores como para desempleados con compromisos de contratación, tendrán prioridad a la hora de acceder a subvenciones.
La nueva normativa establece cinco modalidades de formación, dirigidas a personas trabajadoras ocupadas, a personas desempleadas y a personas con necesidades formativas especiales. Contempla también formación planificada para el desarrollo estratégico de la región y la formación que se imparte en los centros dependientes de la Administración Autonómica.
Entre ellas, destacan las acciones dirigidas a personas desempleadas que favorezcan la innovación y el espíritu empresarial, las dirigidas a asesorar en la creación de pequeños negocios o las acciones que favorezcan las competencias lingüísticas. Para poder participar en estos procesos de formación los beneficiarios deberán figurar inscritos como desempleados, o en el caso de las personas trabajadoras ocupadas, deberán tener su domicilio o su puestos de trabajo en Castilla-La Mancha.
La Administración realizará una preselección entre los trabajadores desempleados, aunque serán los responsables de impartir la formación los que hagan la selección definitiva.
Esta orden contempla también becas para personas desempleadas que tengan reconocido al menos una discapacidad del 33%, y personas pertenecientes a colectivos determinados. También se contemplan ayudas para el transporte y para la conciliación, dirigidas a desempleados con cuidado de hijos menores de seis años o de familias dependientes.
